Filosofía de la ciencia: pseudociencia

La definición de pseudociencia de Popper y Hansson

Cuando Karl Popper habla de las teorías desarrolladas por Marx, Adler y Freud, explica que las tres comparten su aparente poder explicativo. A la luz de sus premisas, se puede experimentar una “revelación intelectual” que permite obtener verificaciones de sus teorías simplemente mirando alrededor en el mundo. Así las cosas, se puede explicar prácticamente cualquier cosa en base a este tipo de teorías generales, ya que obtener verificaciones es relativamente fácil.

Para Popper una teoría es pseudocientífica cuando no cumple con el criterio de refutabilidad. Según esta tesis, millones de verificaciones no hacen que una proposición general sea cierta, sin embargo una sola prueba de que es falsa la convierte en falsa para siempre. La irrefutabilidad, añade Popper, que podría parecer una virtud en una teoría, no es en realidad sino un vicio. Ademas, cuando existen elementos de juicio confirmatorio, solo se deben tomar en cuenta si son el resultado de un intento serio, pero infructuoso, de refutar la teoría.

Por lo que respecta a Sven Ove Hanson, establece que un enunciado es pseudocientífico si cumple tres criterios:

1. Se refiere a un problema dentro del dominio de la ciencia en un sentido amplio
2. Adolece de una grave falta de fiabilidad, por lo que no resulta en absoluto ser de confianza
3. Es parte de una doctrina que sus defensores presentan como el conocimiento más confiable de su temática

Además, añade, los diferentes tipos de pseudociencias tienen en común rechazar la información que las refuta, el hecho de seleccionar a medida los datos que corroboran las propias opiniones (Falacia de prueba incompleta), su incapacidad para publicar en revistas especializadas y su propensión a usar teorías de la conspiración para explicar éste y otros fracasos. Características, estas últimas, que comparte también el negacionismo científico.

Un ejemplo de pseudociencia es la homeopatía. Parte del planteamiento de que diluciones extremas de un principio activo tienen un mayor efecto que el principio sin diluir. En una dilución homeopática CH14, harían falta varios metros cúbicos de medicamento para encontrar una sola molécula del principio activo., sin embargo la homeopatía se basa en el hecho de que el agua guarda la memoria de ese principio activo. Eso es algo que no se puede detectar con análisis químicos y que, por lo tanto, hace que esta teoría no pueda ser refutable. Las observaciones clínicas que se sacan a relucir para demostrar su funcionamiento siempre estás escogidas a medida para mantener la tesis de que son medicamentos efectivos. No han publicado resultados elaborados mediante método científico en publicaciones sometidas al escrutinio de pares y las críticas se achacan a intereses comerciales y connivencias con las empresas farmacéuticas (teoría de la conspiración).

Como ejemplo de negacionismo científico citaré el creacionismo. Ya de entrada parte de un sistema de creencias religioso que es ajeno al ámbito de la ciencia, pero es que, además, genera una falsa controversia en torno a teoría de la evolución. El hecho de citarla como “teoría” es un argumento que los creacionistas utilizan para mostrar que es una teoría más en el seno de un debate científico que también valora el creacionismo. Algo que es totalmente falso. Guarda parecido con la doctrina de la Tierra plana, que también parte de una visión religiosa, plantea una inexistente controversia científica, y alude a una conspiración internacional para mantener engañada a la ciudadanía. A diferencia de la homeopatía, que quiere ser reconocida como una rama más de la medicina, estas creencias son manifiestamente anticientíficas y solo se dirigen a ella en términos de conflicto.

Psicoanálisis y pseudociencia

Dice Karl Popper que el psicoanálisis, aunque se presenta como ciencia, tiene más elementos en común con los mitos primitivos que con el conocimiento científico. Tal y como se plantea en el anterior punto quienes lo practican ven sus tesis confirmadas una y otra vez durante su relación con sus pacientes,. Aunque como teoría contiene sugerencias sobre psicología interesantes, señala Popper que es algo difícilmente testable, de manera que se convierte en una teoría irrefutable. Y con ello pierde la calidad de una teoría científica.

En mi opinión, resulta muy fácil elaborar dictámenes sobre los síntomas que exponen los pacientes y muy difícil someter dichos dictámenes a test alguno. La comprobación experimental en psicología no es tan evidente como en las ciencias puras pero, aún así, resulta evidente que el psicoanálisis no produce proposiciones que puedan ser refutables, por que no se pueden comprobar.

Es también interesante valorar hasta qué puntos los psicoanalistas interpretan todo su trabajo en base a parámetros muy delimitados, hasta qué punto todos sus planteamiento nacen sesgados de origen. Encontrar explicaciones a posteriori a las cuestiones que se plantean durante una terapia se acerca mucho a esa premisa de la solución a medida …cuando todo está ya claro. En mi opinión, no se puede calificar al psicoanálisis como ciencia.

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