Cultura científica y opinión ciudadana

El conocimiento precede a la comprensión y al aprecio. En cualquier ámbito de la vida se recela, más o menos abiertamente, incluso se teme aquello que no se comprende porque no se conoce. Una sociedad con mayor grado de alfabetización científica estará, posiblemente, más interesada por las cuestiones científicas y será más activa a la hora de apoyar su desarrollo y difusión. Pero, esto no implica necesariamente una relación de causa-efecto.

La Encuesta de Percepción Social de la Ciencia muestra, por ejemplo, que personas que recelan de las vacunas o que defienden el uso de la homeopatía tienen estudios superiores, lo que normalmente se asocia a un mayor grado de alfabetización científica. Más aún, hay quien desde un nivel cultural superior a la media ha desarrollado lo que se ha dado en llamar el rechazo ante la “arrogancia” de la ciencia. Personas que, incluso, desde una posición de cierta autoridad, como por ejemplo en el caso de médicos y otros profesionales sanitarios, muestran abiertamente lo poco que confían en la ciencia tradicional, que no se libra de la sospecha estar al servicio de intereses de grandes compañías. Curiosamente estas personas con un alto nivel de formación, o por lo menos superior a la media, pueden coincidir en sus opiniones con otras con escasa o nula cultura científica que manifiestan abiertamente su desconfianza ante cuestiones que ni comprenden ni les interesan.

La ignorancia, es evidente, puede contribuir al rechazo sin mayor debate, a desarrollar actitudes negativas hacia la ciencia, pero lo que quería expresar es que a veces conocer no basta para apreciar, o para confiar. Digamos que el conocimiento y el incremento de la cultura científica es deseable para favorecer las actitudes positivas ante la ciencia pero no son condiciones indispensables.

En la otra cara de la moneda, y de nuevo podemos ver resultados así en la encuesta de la FECYT, personas que declaran tener escasos conocimientos muestran una actitud favorable y confiada hacia la ciencia y valoran de forma positiva la labor de los científicos. Quizás no buscan este tipo de contenidos o les prestan poca atención, pero aprecian que se difundan y que se invierta en investigación.

Como se cita en el texto de Marila Lázaro, la comprensión de la ciencia debe incluir la confianza en las fuentes de conocimiento por parte del público. A mi juicio, es importante favorecer que la cultura científica vaya ampliándose, pero para conseguir que se incremente en la misma medida la actitud positiva hacia la ciencia es deseable confiar en quienes proveen a la sociedad del conocimiento científico. ¿Formas de conseguirlo? Fomentando una mayor presencia de la ciencia en diferentes ámbitos de la vida, dando más oportunidades para la participación ciudadana y creando vías de comunicación más abiertas entre ciencia y sociedad, por citar algunas ideas.

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